Yo soy tú - Concurso de Redacción - EL PATRIOTA DIGITAL

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lunes, 26 de febrero de 2018

Yo soy tú - Concurso de Redacción

María Calderón, Concurso de Redacción, Relato.-

Estás rota, escapando de la oscuridad esparces tus pedazos ¿Buscas la luz o solo te escondes de algo? Pero la ignoras ¿No escuchas su voz? Corres, pero en tu interior sabes que ella siempre estará dos pasos detrás de ti. No te resistas, cae profunda en sus brazos, déjate vencer por el veneno en sus palabras y el dolor en sus caricias. No temas en matar por ella.

La oscuridad no se va y hay algo más allá. Incapaz de ver, pero al escuchar se pregunta si está sola en este cuarto a oscuras.

Tenue, lento, pausado. Tu mente te está haciendo pasar un mal rato. Respirando del otro lado, tu compañía te está esperando. Pero no te engañes, sé que todo parece real, aquí en el mundo de la fantasía. La única verdad es la que sus mentiras aguardan. Y no esperes que sea fácil, ganarle en su propio juego, ya que ambas comparten el mismo pensamiento.

Todo está en tu mente; aún despierta. No estás soñando, solo bajaste la guardia por demasiado tiempo, ahora ella está aquí.
  Por supuesto.

-Ya sé que estás ahí, sal de una vez- su acompañante no se muestra, más sí comienza a hablar.

Pensé que intentarías ser más educada si te invitaba a venir- siseaba en su oído con fingido pesar; aunque ella no la pueda ver, si la podía sentir- , pero veo que ni siquiera te importa. Lástima.

-Yo no diría que me invitaste.

Con o sin tu consentimiento, tarde o temprano estarías aquí.

-Debe ser una ocasión especial en ese caso- replica sarcástica.

No realmente, solo vengo a proponerte lo mismo de siempre. Además, tenía ganas de verte- notaba la intencion encubierta en el manto de sus palabras, disfrazadas de los más dulces de los perfumes.

-Es irónico ¿Sabes?, porque nunca me dejas verte.

La única manera de verme es que aceptes mi propuesta, dulzura.

-Sigues insistiendo, cuando ya sabes mi respuesta. 

Vamos, ven conmigo. No te arrepentirás.

-No.

Resistirse es inútil, lo sabes.

Silencio.

 Al fin y al cabo... somos iguales- agregó.

-Jamás seremos iguales.
  
No te engañes, no eres más que muerte y sufrimiento- aclaró seca, Victoria sintió su estómago retorserce en el acto.

-No condenaré a nadie, no podría.

Su voz flaqueaba y la otra mitad del par no podía disfrutar más de ver a la joven perder la compostura, le resultaba exquisito el dolor tan puro que podía ocacionarle, solo por unas cuantas palabras de selección previa; reservado solo para su deleite.

Entonces, ¿Por qué huyes? Si realmente creyeras que somos diferentes, no intentarías escapar de mí. Sabes que tarde o temprano caerás ante mis deseos, nuestros deseos.

-No sabes nada.

Sé más de lo que tú crees, y eso me da la ventaja sobre ti.

-Solo quiero...

-Una sonrisa se asomó sutilmente en su boca- ¿Ser Buena?... solo por ellos y para ellos.

-Sí.

¿Realmente quieres serlo?

-...Sí.

Entonces, veamos cuánto más duras de pie.


<<Recuérdalos>>.

-Lo siento, princesa, hoy no podemos salir a jugar- esa voz, se le hace familiar, pero no logra recordar. 

-¿Quien es ella?

<<Recuérdala>>.

Te abandonó, no te merece.

-No soy experto, pero sé que necesita salir, no puede quedarse aquí para siempre.

-Eventualmente lo hará, pero ahora… no puede, es peligroso- ambos discutían acaloradamente.

-¿Sheccid?¿Saga?…¿Por qué pelean?

No te necesitan, ¿Por qué quedarse?

-Luego volveré por ti, te lo prometo- su voz temblaba al salir de sus labios.

Miente.

 -¿Por qué lloras tanto?

<<No los dejes mirar dentro>>.

-¿Puedo dormir contigo?- rogó con lágrimas en los ojos.

-¿Qué sucedió?- preguntó con desdén.

-T-tuve pesadillas. 

-Si, recuerdo esa noche. Pero…¿por qué me muestras todo esto?

<<Sálvalos>>.

Mátalos.

Mátalos…- continúa- mátalos.

-Cállate- sus manos tiemblan y no es capaz de pararlo.

Mátalos- su tono va en aumento, haciendo que Victoria se sienta cada vez más débil. 

-Para…- sus rodillas rozan contra el piso y este aguanta su peso. El lugar se derrumba con cada palabra que ambas pronuncian.

Mátalos…mátalos- susurros se aglomeran al intercambio de palabras de ambos presentes, pero la única que parece afectarle es a la joven.

-¡Detente!- grita desaforada con su último esfuerzo.

¡MÁTALOS!

Todo queda sumergido en el silencio y el tiempo parece detenerse.

Con la cabeza gacha, cita con voz quebrada-¿Quién eres?

Yo soy tú.  

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