El
carnaval es una gran fiesta con mucho color, vida e historia, que se celebra
una vez al año desde hace mucho tiempo en varios países del mundo. Durante esta
celebración, por la calle, la gente utiliza máscaras, disfraces y la música
corre por doquier. Fiel reflejo de nuestro carácter latino, tanto en América
Latina como en España es una de las festividades más esperadas y más populares.
Existen
diferentes versiones del origen de la palabra carnaval, como del latín
carnevale que significa la despedida de la carne que no se comerá en los
siguientes 40 días de la cuaresma cristiana antes de la pascua. O la relación
con la celebración en honor a Carna, hija de Heleno, diosa de las habas y el
tocino.
El
Mardi Gras en francés (o como lo llaman en italiano Martedi Grasso) significa
Martes Gordo y se refiere a la gran comida que se solía hacer antes del
miércoles de ceniza donde comienza el ayuno pascual.
El
origen de esta costumbre, según historiadores, se remonta a más de 5000 años de
antigüedad, en la época del imperio romano, donde se celebraban ocasiones de
manera similar y que luego se difundieron en el resto de Europa y América por
los navegantes portugueses y españoles.
Se
conoce también a la versión que dice que los pueblos agrícolas debían consumir
los alimentos del invierno que conservaban gracias al frío, antes de la llegada
de la primavera y sus temperaturas más altas, cuando los alimentos corrían el
riesgo de echarse a perder.
Entonces
celebraban una gran fiesta para comer todos los productos animales y
perecederos para luego ayunar hasta el equinoccio de primavera del 21 de marzo
(en el hemisferio norte) donde tendrían acceso a los productos de la nueva
temporada.
Tiempo
después, a raíz de la expansión del cristianismo fue cuando más auge tomó y la
fiesta adquirió el nombre de carnaval, teniendo como motivo principal el hecho
de despedirse de comer carne y de llevar una vida licenciosa durante el tiempo
de cuaresma.
Eran
tres días de celebración a lo grande, en lo que casi todo estaba permitido; de
ahí uno de los motivos de ir disfrazado, taparse el rostro y salvaguardar el
anonimato. Hoy en día, esta celebración se ha alargado una semana, comenzando
en la mayoría de lugares el Jueves Lardero.
Esta
despedida a la carne se realizaba los días previos al Miércoles de ceniza,
fecha en la que se daba comienzo a la cuaresma; un periodo de cuarenta días
(hasta el Domingo de resurrección) que se destinaba a la abstinencia, recogimiento
y el ayuno, acompañado de oraciones, penitencia y espiritualidad religiosa.
La
fecha del carnaval depende de la cuaresma, y que como bien sabemos ésta también
cambia cada año en función del calendario litúrgico. Las fechas de dicho
calendario están relacionadas con el ciclo lunar y acomodan los días para que
el Jueves Santo siempre sea luna llena (escogen el primer jueves de luna llena
entre marzo y abril).
Ahora,
¿Por qué es tan importante que sea luna llena el jueves santo? pues cuenta la
historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de Egipto, había luna
llena y eso les permitió prescindir de las lámparas para que no les
descubrieran los soldados del faraón. Este acontecimiento lo celebran en la
pascua judía, la cual siempre concuerda con noche de luna llena. Con esto la
iglesia puede asegurar que el jueves santo (cuando Jesús celebraba la pascua
judía con sus discípulos) era una noche de luna llena.
Por
lo tanto concluyendo, el carnaval siempre se va a acomodar de tal manera que el
último desfile sea un día antes del Miércoles de Ceniza, el cual va a moverse
de acuerdo al ciclo lunar.
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