Sabrina Daboin, el Patriota Digital.-
Hace
más de 208 años en Caracas, comenzó una nueva etapa en la historia venezolana, debido a que marcó el inicio de su revolución.
A
finales del siglo XVIII, una suma de factores, como: el deseo de poder de los
grupos sociales criollos que poseían el estatus social y económico pero no
político, la introducción del Enciclopedismo y la Ilustración, la independencia
de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, la Revolución haitiana, y la invasión
napoleónica a España; inspiró los primeros conatos independentistas en
Venezuela. Entre estos, podemos nombrar a las acciones del criollo Francisco de Miranda, quien para 1806, intentó en dos oportunidades, invadir el territorio
venezolano por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití,
y apoyada por los británicos; pero sus incursiones terminaron en fracasos por el discurso
religioso que se encontraba en su contra y la indiferencia de la población.
Tiempo
después, el 19 de abril de 1810 se reúne un Cabildo extraordinario como
respuesta inmediata a la disolución de la Junta Suprema de España y la renuncia
del Rey Fernando VII. Surge un movimiento popular en la ciudad de Caracas en
dicha fecha, iniciando con ello la lucha por la independencia de Venezuela. El
movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador
Vicente Emparan, quien había sido nombrado por la Junta Suprema de España,
disuelta en ese entonces por orden judicial.
En
la mañana de ese mismo Jueves Santo, el capitán general Vicente Emparan, deseoso de ganar
tiempo e indeciso ante el camino a seguir, suspendió la sesión del ayuntamiento y se
dirigió a misa, pero un grupo perteneciente a la aristocracia y burguesía
criolla (hijos de españoles pero nacidos en América), que se encontraban a la puerta de la iglesia, desconocían al Capitán General de Venezuela. Además, entre ellos se
encontraba Francisco Salias, quien se interpuso en su camino y tomando del brazo a Emparan,
le exigió que retornara al
Cabildo. Dadas la circunstancias, Emparan regresó la municipalidad, acompañado de los alcaldes, regidores y notables, mientras una
multitud invadía la plaza mayor. Al poco tiempo llegaron al ayuntamiento el abogado
Juan Germán Roscio, el sacerdote José Cortés Madariaga y otros representantes
del pueblo y de la iglesia, quienes se incorporaron a la reunión.
Presionado
por la presencia de los representantes del poder, en el Cabildo de Caracas, Emparan pronunció
las palabras que señalaron el principio del fin, por lo menos jurídicamente,
del régimen español en Venezuela. Desde el balcón del ayuntamiento, dirigiéndose
al pueblo congregado en la plaza (hoy Plaza Bolívar), le preguntó si
quería que él siguiera mandando. Y ante la respuesta de las personas presentes,
que fueron influenciadas por el sacerdote José Cortés de Madariaga (quien a
espadas del capitán general, les hizo señas para que contestaran que
"NO"), Emparan dijo que entonces él tampoco quería el mando. Luego de
esto, quedó establecida la que oficialmente recibió el nombre de Junta Suprema
Conservadora de los Derechos de Fernando VII.
Ese 19 de abril, fue redactada el acta en la cual se consignaba el establecimiento de
un nuevo gobierno. En la misma se precisaba que el gobernador y capitán
general, el intendente de Ejército y Real Hacienda, el subinspector de
artillería y el auditor de Guerra y asesor general, así como la Real Audiencia,
quedaban privados del mando que ejercían, a la vez que suprimían esas
instituciones. En consecuencia la municipalidad de Caracas, con sus 2 alcaldes José
de Llamozas y Martín Tovar y Ponte a la cabeza, asumió el poder, incorporando
en su seno a los representantes de la iglesia, del pueblo y de los pardos, ya
mencionados, mientras que el mando militar era confiado momentáneamente al
teniente coronel Nicolás de Castro y al capitán Juan Pablo Ayala. El acta del
19 de abril fue firmada por todos los asistentes al Cabildo extraordinario de
ese día, incluyendo a los funcionarios españoles destituidos (como Vicente
Emparan), los que desempeñaron un papel secundario y los que a partir de ese
momento asumieron el poder (Tovar, Roscio, Cortés de Madariaga, etc.). El acta
fue leída en diversos lugares de Caracas por los secretarios Fausto Viaña y José
Tomás Santana, quienes certificaron que la población reaccionó gritando las
siguientes consignas: "Viva nuestro Rey Fernando VII, nuevo Gobierno, Muy
Ilustre Ayuntamiento y Diputados del Pueblo que lo representan".
Este
desconocimiento a la autoridad del Capitán General de Venezuela es un paso al 5
de julio de 1811, con la firma del Acta de la Declaración de Independencia de
Venezuela, en la que Venezuela declara formalmente su independencia.
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